martes, 8 de noviembre de 2016

ESTE LOCO MUNDO EN EL QUE VIVIMOS



"Erase una vez un cole como otro cualquiera, un día cualquiera en un lugar cualquiera.

Los niños se agolpaban en la fila, se oían gritos, risas; el murmullo alegre de un patio de colegio se escuchaba desde la valla verde que bordea el recreo.

En escasos segundos todo cambió. 

Los gritos se hicieron más agudos, el murmullo alegre se tornó amargo, y ya no hubo risas."

Este pequeño relato que acabo de escribir no es una historia inventada, no es ficción, quisiera que así fuera pero lamentablemente no lo es.

Hace dos años una compañera fue agredida en el mismo colegio donde mis primos han estudiado, donde tengo y he tenido amigos en su claustro, donde la agredida podía haber sido cualquier maestro, la agredida incluso podía haber sido yo.

Que  loco mundo donde los padres agreden a los maestros porque no están conformes con las decisiones que tomamos, los alumnos se encaran perdiendo el respeto a los adultos que trabajamos día a día con la ilusión de forjar personas, que tristeza de mundo donde las cosas se olvidan rápido y es más importante pensar en banalidades de pandereta en vez de hacerle frente a las cosas importantes.

La prensa no ha dado mucha cobertura a la noticia del juicio por esa agresión a una maestra hace dos años, no interesa, no es famosa, no es Bisbal besando a Chenoa. Este loco mundo en el que vivimos se nos está resbalando de las manos. Hoy todo el mundo habla del acoso escolar, entre alumnos sobre todo, pero que un familiar pegue a un docente no sé si será Bullying, lo que sí sé es que es acoso, y es  algo muy serio que a la gente parece no importar.

Pero tenemos memoria, y eso vale más que nada. Yo no me olvido de esa maestra agredida, esa compañera que aunque no conozco la siento cerca, esa chica que podíamos haber sido cualquiera. Todos debemos respetarnos, y la violencia no lleva a ningún lado.

Hoy  se ha realizado el juicio, o la vista previa, o se ha dictado sentencia, no entiendo de diferencias, soy maestra, no abogada. Sólo sé que hoy más que nunca me siento orgullosa de ser MAESTRA y de mi trabajo, aunque habrá quien no lo entienda, aunque el mundo esté loco y no sepa donde se acaba su cuerda.

http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=150179.




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