miércoles, 30 de noviembre de 2011

VOLVEMOS A VERNOS Y VOLVEMOS CON GANAS

Soy profesora, y me honro en serlo y me enorgullezco de mi profesión. SÍ, tengo dos meses de vacaciones y un horario de docencia de cinco horas bastante denso y otras horas no docentes de obligada permanencia en el centro que nadie tiene en cuenta.

Soy profesora, trabajo en el aula y fuera de ella y la gente no lo sabe y a mi no me importa.

Soy profesora, y SÍ, soy FUNCIONARIA, con más de una oposición aprobada con una nota increíble y sin plaza fija, estudiando cada dos años con cambios en legislación y otras muchas cosas, haciendo millones de cursos para reciclarme y estar al día de las novedades, pero a nadie le importa.

Soy profesora y no discuto los días de descanso de otros compañeros funcionarios como bomberos, sanitarios administrativos o políticos ni sus sueldos ni sus horarios.

Soy profesora, y si me pongo mala voy al médico y no le discuto su diagnóstico ni le digo como tiene que atenderme y curarme.

Soy profesora y si necesito un abogado no le pongo trabas en las leyes ni discuto sus honorarios ni sus horarios de atención al cliente.

Soy profesora, y cuando voy por la autovía conduzco segura porque la ha diseñado un ingeniero de caminos que algún día fue a la escuela primaria.

Soy profesora, y vivo en una casa que un día proyectó un arquitecto que aprendió a sumar y a escribir en una escuela primaria gracias a su seño de infantil y de primaria.

Soy profesora, y enseño cada día a mis alumnos a ser competentes en un mundo cruel, incierto y lleno de problemas.

Soy profesora, y comparto mis horas de trabajo con niños y niñas de los que aprendo tanto de ellos como ellos de mi.

Soy profesora, y cada día recorro un montón de Km para llegar a mi trabajo y nadie me paga la gasolina, ni el desgaste de ruedas, ni el tiempo que invierto en desplazamiento entra en mi horario ni tengo coche de empresa, ni móvil de empresa…

Soy profesora, y trabajo cada día con personitas débiles que tienen sentimientos y problemas e inquietudes, trabajo con PERSONAS que dependen de mi y son mi responsabilidad.

Me bajan el sueldo, me suben las horas de trabajo, cada día tengo más alumnos pero me demandan que la atención sea más individualizada y personal, me critican en todos lados, siempre escucho “que bien viven los maestros” y tengo que soportarlo, y si protesto siempre está el recurso fácil del sueldo y las vacaciones…

¿PERO QUIÉN SE CREE LA GENTE QUE SOY?

PUES SOY MAESTRA Y ESTOY ORGULLOSA DE SERLO.