domingo, 16 de enero de 2011

Calcetines antideslizantes

Mañana tengo un curso de psicomotricidad práctica y estoy realmente emocionada por eso.
En este mundo en el que vivimos necesitamos renovarnos permanentemente, estar al tanto de cada minúscula novedad que aparece en nuestro campo de trabajo o estudio y por eso debemos formarnos día a día.
Aunque en la facultad me formé en este campo y luego realicé un postgrado en Madrid, la psicomotricidad es un campo tan joven y que esta en tan constante evolución que permanentemente tienes que renovarte; y tienes que renovarte tu, como maestro, como educador, como psicomotricista y sobre todo como persona en permanentemente cambio.

La psicomotricidad no es la "gimnasia de los niños pequeños", es mucho más que es eso, es algo global, cuerpo y mente unidos, una sincronización  "perfecta", o al menos lo más perfecta posible.
La teoría de Piaget afirma que la inteligencia se construye a través de lo motórico y por eso la psicomotricidad es importante, porque los seres humanos nos movemos, pero tenemos que aprender tantas cosas... no nos engañemos, somos muy torpes, pues no en vano somos el único animal que no se desplaza solo nada más nacer.
Para saber enseñar a los niños y niñas de nuestra clase primero tenemos que educarnos nosotros en la psicomotricidad y ser nosotros mismos los alumnos, ponernos los calcetines antideslizantes y lanzarnos al aula, a vivir la clase, como uno más, dispuestos a hacer todo lo que nos indiquen, con el firme propósito de que "no se puede decir NO" que somos capaces de hacerlo aunque no nos lo creamos desde el principio.
Mañana pues yo seré alumna de un gran psicomotricista como lo es Javier Mendiara, quien ya fue profesor mio cuando era estudiante de la universidad de Huesca, y que ahora, casi 10 años más tarde vuelve a ser mi profesor, esta vez en un curso para maestros.
Mañana veremos como estructura una práctica, campo que se le da inmejorablemente la verdad, podremos ver seguramente un circuito de acción y aventura, nos transportaremos a un espacio desconocido, intrigante, emocionante... saltaremos, correremos, nos deslizaremos, y quien sabe cuantas cosas más que nos hará hacer el profesor.
Volveré a ser alumna, niña en una clase, con expectativas, dispuesta a emocionarme y a disfrutar con todas las cosas que sucedan durante esas dos horas. Tendré los ojos bien abiertos, y pondré mis cinco sentidos (y mis calcetines antideslizantes) entregados para la clase.
Mañana os cuento...



No hay comentarios:

Publicar un comentario