Todas las tardes comienza nuestra jornada con unos minutos de calma y relajación.
Con poca luz en el aula, descansamos apoyados sobre las mesas, ojitos cerrados, oídos atentos a la música y respiración tranquila son las máximas de estos escasos cinco minutos donde intentamos conseguir una calma relativa que nos ayude a afrontar la jornada de tardes de manera más receptiva.
Si estamos relajados los cosquilleros hacen su función y nos ofrecen unas cosquillitas mágicas que acompañan nuestro relax.
La música puede ser cualquiera que nos lleve a estar tranquilos, eso sí, debe estar lo más baja posible, de modo que cuanto más callados y relajados estemos mejor la podremos escuchar.
Si nunca lo habéis probado intentarlo, es genial, pero cuidado... los cosquilleros son pinceles sin usar y todos sabemos que los pinceles se usan para pintar, no para hacer cosquillas... excepto los de la seño... que solamente si estamos relajados hacen cosquillitas y no nos pintan la camiseta... :)
Yo quiero uno de esos pincelitos
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